” Una vez aislada una definición práctica de la arquitectura y su finalidad fundamental -organización conceptual e identificación del lugar-, podemos pasar a considerar los materiales de que disponemos para hacer arquitectura”.
Dentro de las condiciones (el terreno, el espacio, la gravedad, la luz y el tiempo) en el que se desenvuelve la arquitectura, se determina un abanico de posibilidades para la utilización de diversos elementos, que son fundamentales para la conformación de una arquitectura ideal. En la vivienda unifamiliar se cuenta con un área delimitada que corresponde a la zona establecida para la construcción del proyecto, así mismo es evidente la necesidad de intervenir en el terreno mediante excavaciones que eventualmente, generaran una cavidad o foso que modificara con menor escala a la topografía del terreno en el que se insertara la Casa C.U.B.A. Posteriormente este proceso conlleva a la realización de una plataforma o losa de fundación que servirá de base para el levantamiento de los demás elementos que conforman y materializan a la arquitectura, construyendo cerramientos o barreras que separan un espacio del otro y que a su vez funcionan como componente estructural otorgándoles soporte a las cubiertas o techos y proporcionar resguardo y protección al usuario de los factores externos (sol, lluvia, calor, frío, etc). Finalmente la disposición de los vanos o aberturas permiten un juego dinámico entre ellas que favorecen a la fachada, permitiendo el uso racional de la ventilación e iluminación natural a través del empleo de materiales como el vidrio, que otorgan transparencia y mayor calidad espacial al interior de la vivienda aprovechando las visuales hacia el exterior.
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